martes, 15 de septiembre de 2009

Eres mi ángel.


Sabes que has llegado en el momento que más te necesitaba en mi vida. Y te quiero. Te quiero mucho. No sé si es por eso, o por las 1000 razones restantes entre las que sobresalen esa carita de ángel que tanto me gusta o lo maravilloso que eres conmigo. Es cogerte de la mano y ver el mundo distinto, con otros ojos. Es caminar de tu lado y no saber si reírme y sonrojarme. Es mirarte a los ojos y dejar de respirar. Es escucharte y saber que estás ahí, conmigo, junto a mí. Pero sobre todo es saber que siempre estás ahí. Junto a mí. No importa dónde, no importa cuando, tú siempre estás presente. Y puedo dibujar tu silueta en el aire para volver a contemplarte. Eres el único, perfecto o imperfecto, que me hace ver otros colores que jamás había imaginado. Es por eso que te quiero. Porque eres mi ángel y al fin estás aquí.

Te amo.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Un uno de Septiembre de dosmilnueve.


He escrito tantos renglones ya, que me averguenza no haberte dedicado al menos uno. No sabría cómo empezar a escribirte, porque ni si quiera sé si algún día leerás estas líneas, pero creo que es mi deber hacerlo.

Hasta entonces, y tras un largo año después de nuestra despedida para siempre, siempre te he conservado como algo único y esencial en mi corazón, del que egoístamente he necesitado palabras en los momentos más difíciles de mi vida. No sabes la falta que me has hecho todo este tiempo, cuando una respuesta era decisiva, un sí, un no, un ¡qué se yo! Antes siempre eras tú la que lo decidía todo ¿recuerdas? Siempre me aconsejabas lo mejor, y luego resultaba, que sí, te tenía un poquito de envidia, porque parecías ser perfecta. Tenías razón en todo, en todo lo que me decías. Eras la que me detenía siempre ante un precipicio y me empujaba cuando lo necesitaba. La que sacaba el valor de dónde yo no lo tenía. Ahora he crecido un poco más, y he madurado también. No soy la niña aquella que quería enamorarse del primero que se le aparecía y le decía "te quiero". Pero sigo emocionándome al intentar recordarte, porque siempre eras tú. Tú misma, sin esconder nada. Sin arrepentirte de una sola cosa en tu vida. Siempre mirando al frente. Y al final, resultaste ser más débil que yo.

¿Por qué nos hiciste esto a los que te queríamos? ¿Por qué tú, si eras la que siempre iba delante, guiándonos a los que no sabíamos qué hacer? Ya no te tengo para enseñarme qué es lo bueno y lo malo, y a pesar de presumir a veces de saberlo perfectamente, hay momentos en los que sigo necesitando tus palabras de apoyo.

El 26 de Junio de 2008 cumpliste tus 17 años en el hospital. Y me decías que estabas deseando tener ya los 18 para ser un poco más "libre". Yo no te entendía, no entendía por qué decías eso si ya lo eras. Pero ahora creo que voy entendiendo un poco a qué te referías. Al menos espero que estés dónde estés, ya con los 18 que no llegaste a cumplir aquí, seas libre. Y para siempre.


Te quiero amiga.
Recetasfotos de bebes