jueves, 29 de julio de 2010

Te echo de más por no echarte de menos.


"Esta mañana ya no me acordaba cómo tocaban mis dedos esa guitarra que era para mí tu cuerpo. Ya no me acordaba lo que sentía cuando acariciaba tu pelo. Ya no me acuerdo si tus ojos eran marrones o negros, como la noche o como el día en que dejamos de vernos. Sólo recuerdo que llovía y que quedamos en la parada del metro..."


Todas las noches, escucho esa misma canción, en modo repetición, veinte veces. Y en esos ochenta minutos, me da tiempo a pensar cien en lo mismo. En tí. En todo lo que habías llegado a ser y a significar para mí en tan poco tiempo. Y en lo poco que lo he hecho yo. En qué sencillo parecía todo y que difícil acabó resultando. En cuántas veces me habré peleado con mis respectivos hemisferios cerebrales por tu maldita culpa, y en cuántas veces me habré debatido en silencio entre "llamarle o no llamarle" y si "será demasiado temprano o demasiado tarde". En cuántas veces habré deseado tenerte a mi lado, que por arte de magia te me aparecieras en frente y me hicieses tambalear sin remedio. Besarte. Abrazarte. Todo contigo. Pienso que, aunque tu hayas sido duro conmigo y yo hubiese intentado serlo aún más, si alguna vez me hubieses conocido realmente a fondo y te hubiese importado tan solo un poco, deberías saber que antes de herirme hay que prevenirme, y previamente amortiguar la caída para que no doliese tanto. Sabrías que tras un "tranquilo, estaré bien" se escondía una muchacha llorando, y que si las heridas cierran rápido, es porque yo solita aprendí a curarlas. Y pienso, sobre todo pienso, en que después de todas mis y nuestras batallas, y a pesar de todas las que me queden por librar, no sé por qué pero, has sido tú el que más me ha quitado las ganas de soñar. Por eso te odio tanto.


"Pero haciendo un gran esfuerzo aún veo tu mirada en cada espejo de cada ascensor donde cada noche me subía hasta el cielo de moteles invernadero, ¿dónde se jura algo tan efímero...?"


(Canción: Ya no me acuerdo - Estopa)

martes, 6 de julio de 2010

Todo parece tan perfecto a tu lado...


Puedo decir que esto ya lo había sentido más veces. Puedo jurar y perjurar que no es la primera vez que lo siento. Sí, esa sensación extraña en las piernas, las manos, y en toda la cabeza. Ese revoloteo continuo y constante de su persona en mi mente. Esa sonrisa, que nadie sabe de dónde ha venido, directa a dibujarse en mi cara, de repente, cuando inicia sesión en el Messenger y me saluda. Y esa felicidad infinita, extrema, al cruzar cuatro únicas palabras con él. Las ganas de salir corriendo, dejarlo todo aquí, atrás, para llegar a su lado y abrazarle fuerte, muy fuerte, cuando me dice que necesita mimos. Esa necesidad de besarle y no terminar nunca, de desear que el tiempo se paralice en ese preciso instante. Y que se congelen todos los momentos con él que hagan a mi corazón palpitar más fuerte y muy rápido. Ese miedo que se abalanza sobre mí, como un agujero negro, de tan sólo imaginarme que algún día pueda perderlo, y que todo esto, tan maravilloso, pueda llegar a desaparecer, cuando no se conecta en una o dos horas...Sí, ya lo había sentido antes. Pero lo que es más cierto que nunca, y jamás había sentido antes, es la sensación de la perfección tan concreta que existe entre nosotros dos. La sensación de que todo es perfecto. De que él es perfecto, y me hace perfecta a mí, pese a todas mis imperfecciones. De que lo nuestro es perfecto. Y de que si algún día estamos juntos, no lo dudes, será perfecto.
Recetasfotos de bebes