lunes, 15 de agosto de 2011

Afortunadamente tú.




Afortunadamente, tú.

Tú, y no cualquier otro.

Afortunadamente, contigo.

Contigo, y no con cualquiera.

Afortunadamente tu sonrisa,

afortunadamente tus abrazos,

afortunadamente, yo no sin tí,

afortunadamente, tú sólo conmigo.



lunes, 25 de julio de 2011

Las cosas que te debo.

Tal vez, pensando en la inmensa necesidad que tenía de volver a escribir, he llegado a la conclusión de que te debo algo. Y mira que lo odio, yo que siempre había creído que no le debía nada a nadie...Pero, realmente, todo el mundo debe mucho más de lo que se imagina, supongo.




Para empezar, le debo un bombón a mi madre, de la caja que me regalaste justo después de confesarte que me encantaban los Lindort. Porque cuando le conté toda nuestra historia, lo primero que me preguntó fue: "¿Y por qué no me invitaste a uno?"

A Leti, le debo un libro, y ella también a mí. Pero desde hace ya varios años. Ambas lo sabemos, y sin embargo, ninguna de las dos ha decidido devolvérselo a la otra. Supongo, que a fin de cuentas, las dos lo hemos considerado como un auténtico regalo.

Le debo un beso y un abrazo a una amiga especial, que se fue para no volver nunca más. Y en los momentos más fríos, la extraño tanto...que incluso duelen más.




Le debo una tarde de cervezas frías a mi amiga Tamara, una sesión de desahogos y cotilleos, sobre todo, cotilleos.

Le debo los libros del curso pasado a Raquel. O, realmente, no se los debo, pero se los he ofrecido. Lo que realmente le debo es una despedida. Desearle todo lo mejor para el curso siguiente en el instituto, y que ella me desee suerte para empezar la Facultad.

Pero a ti...a ti te debo todos esos besos que me guardo para cuando te tenga enfrente, que al final siempre te doy menos de los que te mereces. Y esos abrazos, que tanto necesito cuando tengo frío, todos y cada uno de ellos, te los debo. Te debo un montón de mensajes no respondidos, la mayoría de ellos por no tener saldo (ya he perdido la cuenta de los anticipos que me haces pedir, lástima que siempre se acaben gastando), y llamadas perdidas, de las de por la mañana, cuando me pillas durmiendo. Te debo un brindis con tequila, porque desde el 1 de Enero has sido el único que se ha esforzado por cumplir mis deseos de Nochevieja, y sobre todo, porque lo has conseguido. Te debo tardes, miles de tardes, sentados a la orilla de mil besos, sin movernos de ese banco. Te debo un viaje al fin del mundo, y fotos para recordarlo, viajes en avión o en tu almohada, ¡qué importa! Te debo un paseo, horas y horas caminando sin rumbo, o tantos paseos como direcciones posibles haya en el espacio, confesándome lo mucho que te gustan las oreo, o lo mucho que te gusto yo. Te debo un chocolate con churros, y miles de desayunos en la cama. Te debo un beso en París. Te debo una canción, muchas canciones, y tardes tocando la guitarra. Y te debo versos, palabras con cada una de sus letras, poesía, libros enteros. Te debo muchas cosas, y todas ellas te las iré devolviendo con paciencia, calma e ilusión.






Pero afortunadamente, tengo toda la vida para devolvértelas. Porque te he encontrado.

sábado, 11 de junio de 2011

Porque soy feliz al quererte.




Creo que nadie puede querer más de la forma en la que yo lo hago. Y si así fuese...envidiaría a esa persona.

lunes, 9 de mayo de 2011

Contigo.

¿Sabes? Me he dado cuenta de que, en este mismo momento, en este preciso instante, hoy, no me importa nada más, porque estamos juntos. Sí, juntos. Ni tú estás en China, ni yo estoy en México. La distancia se hace relativamente corta cuando una está enamorada, y créeme, lo estoy. No hay otra cosa más de la que esté tan absolutamente segura. Y da igual que estemos aquí, allí, en la playa muertos de frío o sentados frente a mi instituto. No me importa...como si nos quedamos encerrados en un ascensor y nos damos cuenta de que el edificio se ha quedado vacío y nadie regresará a sacarnos de allí (realmente, sería lo mejor que podría pasarme). Como si se nos agota el aire allí dentro. Desde hoy lo único que quiero es que todas las cosas que me pasen en la vida, ya sean buenas o malas, me pasen a tu lado, contigo.

viernes, 29 de abril de 2011

Eres aire.

Definitivamente, eres aire. Eres aire porque sin ti no puedo respirar. Eres el aire que me da la vida, brisa que me alimenta todo los días. Eres aire, invisible y transparente, porque estás aquí, estás allí, en todas partes y a mi lado. Eres el aire que impulsa mis alas y me ayuda a subir, volando alto, por encima del cielo...a tres metros sobre el cielo, ¿qué digo a tres? a diez; a diez metros por encima de las nubes. Eres aire, porque también puedes ser viento fuerte, como un tornado. Y a la vez eres brisa suave y fresca en una tarde de verano. Eres el aire que me despeina, aire que alborota mi pelo, aire que resbala por mi piel. Eres aire que me lleva más allá de las estrellas. Eres aire porque me haces falta. Desde siempre y para siempre. Por eso eres aire.



Aunque, pensándolo bien, no sólo eres aire. Eres todo: aire, agua, tierra, fuego. Eres mi realidad, mi mundo. Eres mi vida.

miércoles, 20 de abril de 2011

Mi pequeño "E".






Lo había leído en cientos de novelas. Lo había visto en miles de películas. Lo he escuchado en millones de canciones, y sin embargo, nunca antes lo había vivido en mi propia piel. Es verdad, existe esa persona capaz de robarte el aliento por un segundo, sabiendo administrártelo después poco a poco. Existe alguien capaz de hacerte temblar por momentos, capaz de robarte el sueño. Existe una persona en todo el mundo dispuesta a perder el tiempo pensando única y exclusivamente en ti, malgastando valiosos minutos de su vida en imaginarte y componerte en su cabeza. Y por otra parte, existe la sensación tan reconfortante de saber que tú también estás haciendo lo mismo.




Resultaría demasiado obvio explicar cómo me siento a tu lado, porque simplemente me siento "muy yo". No queda nada de esa persona chiquitita que creo ser a diario. Me siento la persona más grande del Universo. Sí, suena a tópico pero es verdad, a tu lado soy capaz de todo, porque nada me asusta. No me importa ir por la calle y que todos me miren por llevar esa sonrisa absurda en la cara, porque tú estás ahí, conmigo. No me importa reírme a carcajadas, chillar, ni decir tonterías cada dos segundos, porque sé que de repente puedo abrazarte sin que te lo esperes, pudiendo quedarme así durante horas. Días, yo creo. Es inútil explicarlo, porque aún no se han inventado palabras que puedan acariciarse, olerse o saborearse.




Ahora mismo, lo único que creo, y de lo que estoy totalmente segura, es que ni tan siquiera 500 km. pueden romper algo tan grande.

domingo, 3 de abril de 2011

Terminología.

A veces me gustaría meterme en su cabeza. ¡Qué digo a veces! Me gustaría estar ahí dentro, desde siempre y para siempre. Porque por más que digan que nada es para siempre, a mi no me apetece creérmelo. Para mí, el término "para siempre" significa esto que tenemos nosotros dos. No saber qué hacer si no le tengo, no recordar la persona que era antes de que él entrase en mi vida. Echarle de menos. No echarle nunca de más. Y sentir esa alegría infinita, que me recorre de pies a cabeza, cada vez que le tengo delante.

Que si me falta, me muero. Por eso es para siempre. Porque si algún día le pierdo, se consideraría asesinato, y si le dejo, sería mi peor suicidio.

lunes, 21 de marzo de 2011

Momentos.

Momentos, por existir, existen muchos...El día que le conocí, el día que decidí que comer churros en León sería uno de mis ocho deseos matinales de Año Nuevo, el primer día que le dije que le quería o la primera de las primeras veces. O también el instante en que empecé a quererle para siempre, el minuto exacto en el que le abracé por primera vez en el parque del ayuntamiento, o incluso, la primera vez que le vi buscando mi cara en una estación de autobuses que jamás había pisado antes.


Pero el momento en el que nuestros labios se rozaron por primera vez, esa milésima de segundo...no la cambio por nada en el mundo.


Un número, seis cifras.

miércoles, 2 de marzo de 2011

La definición más perfecta.


Cuando tienes la vida entre tus manos, ya nada más importa. Dejas todo lo que has sido: tu primer beso, el resto de los besos, caricias no correspondidas, abrazos...De alguna forma, dejas de ser lo que eras. Tus errores se desquebrajan, haciéndose tan pequeños que ni tan siquiera tú misma puedes verlos en el suelo. Sonríes, porque empiezas de cero. Te olvidas de ti misma; olvidas que tienes un par de piernas para echar a correr y dos manos que en esos instantes están perdidas. Te olvidas de todo lo que has sido para ser sólo suya. De él, y sólo de él.




Es uno de esos instantes que yo jamás cambiaría por nada...que daría mi vida por vivir cada uno de mís días.

domingo, 20 de febrero de 2011

Amores improbables.

A mí siempre me han gustado los amores imposibles. Siempre he dicho: "Si tengo un amor de verdad, quiero que sea imposible." Y, ¿por qué no? En vez de imposibles, llamémosles improbables. Tal vez porque sólo los amores imposibles nos muestran por momentos qué tan imposibles son en realidad. Son los únicos que nos regalan instantes en los que, dentro de lo improbable, toda la imposibilidad desaparece, se desintegra. Y son esos momentos los que nos muestran que nada es imposible en sí mismo. Nada.

domingo, 23 de enero de 2011

28 de Diciembre, de 2010


Una mañana te despiertas, y descubres que todo ha desaparecido. Has desperdiciado parte de tu vida, haciendo castillos de arena frágiles, sensibles. Ni sus finas fortalezas de concha han logrado detener la marea. Se las ha llevado. Ha arrasado con todo. Y tú has arrasado conmigo.
Tantos planes en el aire, han caído al suelo quebrándose en mil pedazos. "La ilusión es cosa de niños". Es lo que pienso cuando estoy triste. El sabor amargo de la desesperanza es lo único que deja, no hay rastro de lo que en el pasado fueron sonrisas y días felices. Aunque, siempre has sabido que no eras tú el que podría hacerme totalmente feliz, nunca te diste cuenta de que tampoco quería que te marchases. Ahora es cuando toca sacar fuerzas de donde no las hay, de donde nunca las ha habido, y repetirme una y otra vez a mi misma que tal vez todo es mejor así.
Sí, he llorado, como una estúpida. He llorado lágrima a lágrima, pagando todas las sonrisas que debía. Pero sin embargo, miro al horizonte y veo que no todo está acabado. ¿Quién es el culpable en esto? Nadie tiene la culpa de que el cielo arrastre y traiga nubes nuevas, ni de que el sol no brille en las tardes más oscuras, cuando más lo necesito.



Hoy, después de tantos días sin dignarme a pasar por aquí, vuelvo a hacerlo. Y me alegra pensar que el cambio de año me ha traído cosas nuevas, dejando en el 2010 lo que tal vez tenía que quedarse ahí para siempre. Iba siendo hora de que esto quedase aquí escrito también.

Quizás un poco tarde, pero al menos os lo deseo: Feliz 2011 a todos.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Tú.


Seamos sinceros, en el momento en que te conocí, pensé "otro idiota". Pero te permití acercarte a mí, y aún no sé por qué. Tal vez el destino ¿no? Es al que siempre se le echa la culpa en estos casos. Alguien te puso en mi camino, y ahí es donde vas a estar siempre. Y si te escapas seré yo la primera que salga corriendo para traerte de nuevo aquí.

Y acepto que al principio fue como un juego. La tontería de "a ver que pasa si..." Hasta que dejó de serlo. Y hoy eres lo más importante de mi vida. Y si te tengo a tí, ahora mismo, te juro que no me importa nada más. Lo dejaría todo, en dos segundos, por pasar el resto de mis días a tu lado.

Me costó adaptarme a todo esto, tanto que ahora ya no sé vivir de otra forma. Pensando en tí, confiando en tí, creyendo en algo que está muy lejos y que sólo nosotros podemos acercar. Pensar en cada segundo a dos centímetros de tu boca, uno, ninguno. Vivir cada caricia tuya en mi piel al borde de la locura. Oler mi ropa al llegar a casa, cuando cae a mis pies, y pensar "tú has estado aquí". Y sonreír. Pensar en cada centímetro de mí que puedas recorrer. Y volar. Y me mata. Me mata no poder expresar con palabras todo lo que siento. Me mata no poder sentarme encima tuya a diario, dando saltitos por la mañana y decir "buenos días, dormilón". Quiero que me enamores todos los días, y que tú te enamores de mi sonrisa, si aún no lo has hecho. Despeinarte y que me despeines. Enloquecer juntos. Hacer poco a poco que todo vaya creciendo. Te has convertido en algo mágico, ideal, esencial, perfecto. Y te quiero...¡joder que si te quiero...!


Por favor, no me dejes nunca. Nunca.
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